Por: Edgar Soto
Tras la victoria de Morena en el Estado de México, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador citó cerca de Palacio Nacional a gobernadores salidos de Morena; Un evento que por alguna razón no podía mantenerse en secreto, los funcionarios tenían que anunciar el inicio de algo.
¿Qué es ese algo?, el inicio del proceso electoral para Morena, no así para todos los partidos políticos e organizaciones, solo para el partido del presidente, porque recio y quedito lo hemos comentado, el presidente es un excelente comunicador político, ¿Qué otra justificación se le encuentra a que el presidente se exhibiera caminando bajo la lluvia a una reunión con gobernadores de Morena?.
El mensaje es claro y la tarde del 6 de junio el gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla lo confirmó, la reunión fue para platicar sobre la ruta del partido guinda hacia el 2024, la manera en que se van a elegir a los candidatos y según esto, acordar que van a trabajar en armonía.
Algo que llamó la atención sobre dicha reunión fue el semblante del secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard quien da la pequeña impresión de no querer acatar las indicaciones del presidente, lo que abre la posibilidad de que no sea el candidato o por lo menos no por el partido guinda.
«Chelo», para decirlo más rápido, pide que se retiren del cargo aquellos que tienen intención de participar en la encuesta que organiza Morena, bajo el argumento de que es una ventaja sobre otros participantes que pudieran ser elegidos, en ese caso tendría que dejarse disponibles la jefatura de gobierno de la Ciudad de México, la Secretaría de Relaciones Exteriores y la Secretaría de Gobernación, por lo menos en el caso de las llamadas «Corcholatas».
También ha solicitado que se realicen debates entre los presidenciables de Morena, la pregunta es ¿A quién van a responsabilizar sobre lo que no se ha hecho en México? ¿ A la actual administración de la cual forman parte y tuvieron cinco años para actuar?, eso no parece algo que le pudiera gustar al presidente.
Cabe mencionar que esta reunión pública, pero privada la organizan un día después de obtener un triunfo importante, el Estado de México y su gran cifra de votantes y que a pesar de que el padrón electoral está conformado por más de doce millones de votantes y que participó menos del cincuenta por ciento, donde cazaron a «mapaches electorales» de ambas fuerzas, los morenistas celebraron con bombos y trompetas la victoria, victoria sucia pero victoria al fin.
El panorama político está claro, Morena y sus funcionarios tienen la vista en el «24», así que si hay malos resultados esperen un año y ahora si les reclaman porque a partir de la reunión del pasado cinco de junio inició el proceso electoral, lo importante ahora es ¿Cómo se va a maquillar el dedazo presidencial?.